
Muy de mañana ha partido el Moreno del Zaidín hacia la Santa Iglesia Catedral. Ha dejado tras de sí una estela de luz divina, ha ido acompañado a los sones del buen racheo costalero. ¡qué alma! ¡qué corazón! ¡qué casta! han puesto los valientes para llevar a su Cristo de la Lanzada al sacrosanto Templo Catedralicio. Allí lo han dejado con todo el dolor de su alma hasta la tarde, momento en el que se lo van a enseñar a todo el mundo para que le resen y le pidan por un mundo más justo, más solidario y más equitativo. En el que los que tienen se desprendan de la abundancia para que no pasen tanta fatiga los desposeidos,indigentes, desfavorecidos, porque ellos son hijos de Díos y por ellos y para ellos vino nuestro Moreno a este mundo. Para acabar con la avaricia de los avariciosos y establecer la equidad como Ley Divina.
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