
Podemos buscarle tres patas al gato y ocho y veintiocho, hay gente para todo, y seguro que se las encontramos, pero lo cierto es que pudimos vivir en la “Madrugá” del Zaidín un ensayo general de lujo, gustándonos, con chicotás interminables que hacían pequeñas las casi infinitas calles anejas a la casa de hermandad. Una marcha, otra y otra se enlazaban con poderío, casta y corazón costalero, 70 pies que desde fuera eran un solo par por lo bien y acompasado que iba el paso. Sin voz, ni ojos, ni órdenes, desde fuera. Y para qué se necesitan, si el paso iba sólo. Desde fuera sólo nos quedaba asistir al trabajo valiente de la cuadrilla del mismo nombre.

Señores, compañeros, hermanos, la próxima levantá ya será Martes Santo y no olvidéis estamos preparados, con los deberes holgadamente hechos, esa es nuestra convicción, en adelante lo que tenga que pasar pasará y veremos como todo será más que bueno, será sublime, la VALIENTE no puede aspirar a otra cosa, que no sea ir a la gloria con el Moreno.
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