Convocatorias

viernes, 19 de febrero de 2010

Y se acabó


Que no nos tomen por tontos
La Semana Santa tiene notables ejemplos de protagonismos y personalismos, de individuos de perfil bajo que se apropian de las hermandades, que las entienden suyas, que todo lo hacen por los demás pero sin contar con los demás, que consideran las hermandades como cotos privados y cortijos que manejan a su antojo, a los que además hay que estarles agradecidos pues son hábiles en manejar el victimismo, si no fuera por ellos dónde estaría la hermandad. He puesto todo en la hermandad, mi vida incluso mi patrimonio.
Son personas que le hacen mucho daño a dichas hermandades pues las manejan a su antojo propiciando el frentismo entre los hermanos, o están conmigo o lo están contra mí. Encuentran voceros, de perfil aun más bajo, que dan pábulo a sus proclamas, personas, eso sí, que nunca puedan cuestionarlos y que han de ser fieles seguidistas.
Valga este comentario para contextualizar lo que se plantea a continuación. Que no nos tomen por tontos aquellos que practican el caudillaje en las hermandades, que no justifiquen decisiones caprichosas y absurdas pensando que aquellos a los que dirigen son rebaño indocumentado y nada versado. El destituir, eufemismo de despedir y echar, no se puede justificar aduciendo que el cuerpo de capataces no aporta nada a la cuadrilla de costaleros y a la hermandad. Qué osadía rayana en la felonía, quién en esta vida pueda alardear de tanta prepotencia como para decir que existan personas que no aportan nada. Por otro lado, los que no aportan nada han comprado costales en Sevilla para quien lo ha necesitado, han asistido regularmente a todos los eventos propios de su responsabilidad con la cuadrilla de costaleros, también lo han hecho en el 95% de los actos convocados por la hermandad, han vendido lotería, han diseñado y mantenido este espacio virtual para glosar y loar los logros de la Valiente y un largo etcétera que no viene al caso enumerar ¿el resto de hermanos de la hermandad pueden decir lo mismo? Eso sí, no hemos hecho reclutamiento de costaleros para traerlos a la cuadrilla de costaleros, como parece ser que quiere el responsable de la hermandad, y como hace “Gatillo fácil” ofreciendo treinta por un cargo relevante en el equipo de capaces (treinta, número bíblico), y no lo hemos hecho, entre otras cosas, porque las personas y especialmente los costaleros no son moneda de cambio ni cabezas de ganado que se utilicen para comprar voluntades y practicar con ellas el meritaje. Cada uno está y debe estar donde lo considere conveniente. Humildemente creemos que los que toman decisiones han cometido un error, no al echarnos del cuerpo de capaces, si en la forma en que lo han hecho y en la manera de explicarlo y justificarlo. Fuimos los últimos en enterarnos de todo lo que se ha movido en torno a los auxiliares del equipo de capataces, jamás pensamos que se nos pudiera tratar como un objeto que se pone y se quita. Si representábamos un obstáculo para el buen funcionamiento del cuerpo de costaleros creo que hemos acreditado suficiente humanidad y educación como para que se nos digiera a la cara, que sobrábamos del paso. Aunque no sea lógico que un cuerpo de capataces se desmonte de esta manera. Lo normal en un equipo de fútbol ante su mala marcha deportiva, es que se destituya al entrenador y junto con éste se vaya su equipo (el fisioterapeuta, el masajista, el entrenador de porteros, el utillero, et...) No es normal que se destituya al utillero, señalando a éste como responsable de la mala marcha del equipo.
En este sentido cabe manifestar la delicada situación a la que ha sido conducido el capataz del paso, estar con los compañeros a los que el mismo llamó para que formaran parte de su equipo, o estar haciendo seguidismo del poder oficial que lo ha cuestionado de forma tan contundente. Difícil dilema, o fácil, quién sabe.
Queridos hermanos costaleros, valga este símil para expresar lo mal que nos ha sentado que se juegue así con nosotros, humildemente creemos que no lo merecemos. En fin hermanos costaleros, los que tenemos una edad, pensamos que no merecemos este trato humillante, aunque solo sea por eso, por la edad. Sabemos que en la hermandad hay buena gente, que nos han llegado a apreciar, y entre ellos os reconocemos a muchos de los que vais a leer esto. Y por eso lo escribimos para que al menos tengáis otra visión alternativa de la que os ha llegado oficialmente. Y para el sector oficial, decir, que pueden estar tranquilos que ya no los molestaremos más. A todos los demás esperamos seguir manteniendo con vosotros el respeto mutuo y una sana complicidad.

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