El Señor a través de mi madre ya lo había dispuesto, y ahora ya no encuentro palabras para expresar hacia todos y todas mis hermanos y hermanas mi más sincero agradecimiento. El desgarro que sufre mi alma ha contado con el respaldo y apoyo sincero de mi Junta de Gobierno, perdona querido Hermano Mayor por el uso del adjetivo posesivo, que me habéis ayudado con vuestra presencia, vuestras palabras de consuelo y oraciones a soportar tan sensible pérdida, os he sentido muy cerca de mí cuando más lo necesitaba. Sin llegar a conocerla habéis compartido conmigo el inmenso amor que he tenido y tengo hacia mi madre, y que ahora desde el Cielo y junto a nuestro Señor no dudéis que ella estará intercediendo por todos nosotros. No dudéis que ella en su infinita bondad nos ayudará todos a ser mejores personas y buenos hermanos. Querido Hermano Mayor, estimados y apreciados miembros de la Junta de Gobierno, y hermanos en general de la cofradía de la Lanzada, gracias, muchas gracias y más gracias por ser como sois y por haber actuado cual cirineos haciendo más liviano el hondo penar que siento en lo más profundo de mi alma.
Miguel Vicente Prados, hermano de la Hermandad de la Lanzada