Convocatorias

domingo, 28 de febrero de 2010

Cantares


















Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten
de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país
vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Cuando el jilguero no puede
cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso.

Siempre prefiero confiar en las personas aunque éstas te puedan hacer daño. Esto es mucho mejor que recelar del mundo. Prefiero abrirme a los demás aunque éstos puedan engañarme. Cuando esto ocurre no puedo soportar la mentira y la hipocresía. Me revelo contra ella. Aunque lo vivido y la huella dejada ya nadie la puede borrar. El precio a pagar son las personas que te vuelven la cara al encontrarlas frente a frente. Curiosamente son las que desde dentro y de fuera te dieron la puñalada trapera, allá ellas. Y don Antonio, efectivamente, Dios sólo hay uno, los que no lo entiendan así practican la idolatría. Caminante se hace camino al andar y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.

viernes, 19 de febrero de 2010

Y se acabó


Que no nos tomen por tontos
La Semana Santa tiene notables ejemplos de protagonismos y personalismos, de individuos de perfil bajo que se apropian de las hermandades, que las entienden suyas, que todo lo hacen por los demás pero sin contar con los demás, que consideran las hermandades como cotos privados y cortijos que manejan a su antojo, a los que además hay que estarles agradecidos pues son hábiles en manejar el victimismo, si no fuera por ellos dónde estaría la hermandad. He puesto todo en la hermandad, mi vida incluso mi patrimonio.
Son personas que le hacen mucho daño a dichas hermandades pues las manejan a su antojo propiciando el frentismo entre los hermanos, o están conmigo o lo están contra mí. Encuentran voceros, de perfil aun más bajo, que dan pábulo a sus proclamas, personas, eso sí, que nunca puedan cuestionarlos y que han de ser fieles seguidistas.
Valga este comentario para contextualizar lo que se plantea a continuación. Que no nos tomen por tontos aquellos que practican el caudillaje en las hermandades, que no justifiquen decisiones caprichosas y absurdas pensando que aquellos a los que dirigen son rebaño indocumentado y nada versado. El destituir, eufemismo de despedir y echar, no se puede justificar aduciendo que el cuerpo de capataces no aporta nada a la cuadrilla de costaleros y a la hermandad. Qué osadía rayana en la felonía, quién en esta vida pueda alardear de tanta prepotencia como para decir que existan personas que no aportan nada. Por otro lado, los que no aportan nada han comprado costales en Sevilla para quien lo ha necesitado, han asistido regularmente a todos los eventos propios de su responsabilidad con la cuadrilla de costaleros, también lo han hecho en el 95% de los actos convocados por la hermandad, han vendido lotería, han diseñado y mantenido este espacio virtual para glosar y loar los logros de la Valiente y un largo etcétera que no viene al caso enumerar ¿el resto de hermanos de la hermandad pueden decir lo mismo? Eso sí, no hemos hecho reclutamiento de costaleros para traerlos a la cuadrilla de costaleros, como parece ser que quiere el responsable de la hermandad, y como hace “Gatillo fácil” ofreciendo treinta por un cargo relevante en el equipo de capaces (treinta, número bíblico), y no lo hemos hecho, entre otras cosas, porque las personas y especialmente los costaleros no son moneda de cambio ni cabezas de ganado que se utilicen para comprar voluntades y practicar con ellas el meritaje. Cada uno está y debe estar donde lo considere conveniente. Humildemente creemos que los que toman decisiones han cometido un error, no al echarnos del cuerpo de capaces, si en la forma en que lo han hecho y en la manera de explicarlo y justificarlo. Fuimos los últimos en enterarnos de todo lo que se ha movido en torno a los auxiliares del equipo de capataces, jamás pensamos que se nos pudiera tratar como un objeto que se pone y se quita. Si representábamos un obstáculo para el buen funcionamiento del cuerpo de costaleros creo que hemos acreditado suficiente humanidad y educación como para que se nos digiera a la cara, que sobrábamos del paso. Aunque no sea lógico que un cuerpo de capataces se desmonte de esta manera. Lo normal en un equipo de fútbol ante su mala marcha deportiva, es que se destituya al entrenador y junto con éste se vaya su equipo (el fisioterapeuta, el masajista, el entrenador de porteros, el utillero, et...) No es normal que se destituya al utillero, señalando a éste como responsable de la mala marcha del equipo.
En este sentido cabe manifestar la delicada situación a la que ha sido conducido el capataz del paso, estar con los compañeros a los que el mismo llamó para que formaran parte de su equipo, o estar haciendo seguidismo del poder oficial que lo ha cuestionado de forma tan contundente. Difícil dilema, o fácil, quién sabe.
Queridos hermanos costaleros, valga este símil para expresar lo mal que nos ha sentado que se juegue así con nosotros, humildemente creemos que no lo merecemos. En fin hermanos costaleros, los que tenemos una edad, pensamos que no merecemos este trato humillante, aunque solo sea por eso, por la edad. Sabemos que en la hermandad hay buena gente, que nos han llegado a apreciar, y entre ellos os reconocemos a muchos de los que vais a leer esto. Y por eso lo escribimos para que al menos tengáis otra visión alternativa de la que os ha llegado oficialmente. Y para el sector oficial, decir, que pueden estar tranquilos que ya no los molestaremos más. A todos los demás esperamos seguir manteniendo con vosotros el respeto mutuo y una sana complicidad.

lunes, 15 de febrero de 2010

Y ahí quedó, señores gracias por todo


Bien estuvo mientras duró, he podido compartir buenas experiencias y momentos intensos de Semana Santa de forma muy directa y como pienso que de bien nacido es ser agradecido, agradezco especialmente a Javier Sierra Antequera la oportunidad que me dio para colaborar en este ilusionante proyecto, y por ofrecerme su conocimiento y sentimiento cofrade de forma totalmente desinteresada. Igualmente a Alejandro segundo capataz, por su manejo técnico en el ámbito de la costalaría, asimismo a todos los compañeros del cuerpo de capataces por todas las complicidades compartidas necesarias para desarrollar la labor acometida. Especialmente agradezco a los costaleros que me acogisteis sin reservas por vuestra sinceridad. Y por último a aquellos miembros de la Junta de Gobierno y hermanos (no tengo claro a quién me refiero) que abrieron con sinceridad sus brazos de par en par para acoger mi presencia sin reservas en la cofradía. Seguro que habéis dejado una huella en mi vida semanasantera.
A los Judas Iscariotes y de puñalada trapera fácil, lo siento, en vuestro pecado llevasteis vuestra penitencia. Quizás es el único dolor que me llevo, sabiendo que estábamos fuera del equipo de capataces, pues la decisión ya estaba tomada, la gente que va de frente, lo dice a la cara y no muestra la distancia gélida con la que se dirigió a mí durante el segundo ensayo del pasado sábado, hay formas y formas, y con las experiencias personales que llevo a mis espaldas y la edad que tengo no merecía esta despedida.Ya el Viernes dos miembros de la Junta de Gobierno, "Gatillo Fácil" y "Verbo Florido", nos señalaron con el dedo acusador como culpables de todos los males de la cuadrilla de costaleros y de la Hermandad por el ignominioso pecado de no trasladar, a su juicio, con voz potente las ordenes del capataz ¡¡¡contundente argumento e insulto a la inteligencia!!! actuación que estaba decidida y pactada ¿a cambio de treinta denarios de plata o fue gratis? Por ello, el mismo sábado se me pudo decir de frente, no contamos contigo y gracias por los servicios prestados, y no tenerme allí de cuerpo presente estando ya condenado. Hay algo peor que la mentira, la falsa verdad, somos personas y tenemos sentimientos, no se nos puede tratar igual que a objetos que se ponen y se quitan a disposición del gracioso antojo, siempre existe la excusa: se hace por el bien de la hermandad, que es el bien supremo que hay que preservar, mientras a las personas que les den por ahí,... No me reconozco tan importante, como para que de mi presencia o ausencia del cuerpo de capataces, dependa la buena o mala marcha de la Hermandad, deben ser otros los intereses o pretensiones ocultas las que subyacen en mi destitución. Este tipo de miserias ya las había olvidado de mi otra etapa de militancia cofrade, ahora las vuelvo a revivir con el dolor propio de la edad. Espero que sea la última. Además no se trata sólo de expresar mi malestar sobre lo acaecido sobre mi persona, me duele aun más que se juegue con la ilusión de Enrique, mi hijo, los que tomáis decisiones tenéis hijos y con un poco de empatía podríais comprender a lo que me refiero.
Bueno, es este el momento reservado para la despedida, creo que hay que hacerlo en silencio, tal y como lo hice cuando llegué, por ello con agradecimiento y sin acritud muchas gracias señores costaleros de la valiente, me gustará patear las calles el próximo Martes Santo y encontrarme con el Moreno portado por la generosidad de la Valiente, me recrearé con vuestro buen hacer.
Disculpas, presento, para aquellos que pensaron que no supe o pude estar a la altura de la responsabilidad que se me exigía, posiblemente llevarán razón, pero en mi descargo, les digo que las aquiescencias unánimes en la vida son difíciles, y en el ámbito cofrade, aun más, es imposible. Hice lo que pude, y si no llegue a la altura, no fue por mi indolencia.
El presente Blog queda cerrado y a disposición de aquel que quiera trabajar en su continuidad.
Hasta el Martes Santo Valientes.

lunes, 8 de febrero de 2010

Desde el cariño y el respeto


Con dificultades la cuadrilla de costaleros del devotísimo Cristo de la Lanzada ha comenzado su peregrinación hasta el Martes Santo de 2010. Las compañeras de viaje, las dificultades, serán superables si es que somos capaces de arroparnos entre todos y crecernos ante las adversidades. Los que lleváis años en este mundo, no os extrañáis de nada, pues pertenecer a esta cuadrilla de costaleros adquiere la impronta de su propia naturaleza. La humildad de Hermandad favorece el hecho de que nada sea fácil, el recorrido y distancia al Templo Metropolitano tampoco hace cómodo el trabajo costalero, el escaso apoyo parroquial. Pero de todo sabe salir venturoso este cuerpo costalero, los nuevos costaleros saben a lo que vienen y se curtirán en la adversidad. Ahora bien, no conviene añadir más espinas al duro peregrinar. Todos hacemos lo que podemos y si no hacemos más se debe entender, desde la honradez que nos caracteriza, que es porque no se ha podido hacer más. No es adecuado dudar de la buena gente que aporta lo que puede. Y menos si se compara a la gente, cada uno es cada cual y carga con sus circunstancias y lo mismo que no hay que exaltarnos y enardecernos cuando estamos cumpliendo con nuestra obligación, no se nos debe censurar, por el mero hecho de que no hayamos podido cumplir con ella en una situación puntual y coyuntural. Y menos comparar a seres singulares que por naturaleza somos incomparables. Nadie se comporta mejor si se le trata peor, y quizás lo único que se consiga sea la desafección y pérdida del cariño que nos une a las personas y a los miembros de las corporaciones y hermandades nazarenas. Es cierto que uno se siente a gusto en esta hermandad, pero este estado debe cultivarse.
Soy uno de los que el pasado sábado no asistí a la presentación del Cartel de la Hermandad y a la Cena de Hermandad, pero quizás la cuestión sería preguntar por qué no asistí a pesar de que quería hacerlo, en vez de juzgarme y hacerme sentir mal. Lo expuesto se plasma tal y como lo siento y con todo el respeto al Hermano Mayor, a la Junta de Gobierno y a todos los hermanos que asistieron al mismo y que me echaron de menos. Porque nada más que por ese detalle me indica que me sentís como parte de la Hermandad. Pero evitar el camino del reproche, sólo nos conduce al desapego y a la indiferencia.
Primer ensayo de la Valiente